En la pared del jardín del primer local de Hair & Co BKLYN, en un suburbio de Nueva York, hay un mural de Sydney King, la niña que inspiró un nuevo tipo de peluquería. Fue Sydney, hija de un padre negro y una madre blanca, quien impulsó a sus padres a poner en práctica su creencia de que las peluquerías debían y deben atender a todo tipo de cabellos, desde los muy texturizados a los lisos.
Para todos los gustos
"Queríamos crear un espacio en el que nuestra hija birracial pudiera sentirse cómoda cuando le arreglaran el pelo", dice Shannon King, educadora de renombre internacional y cofundadora de Hair & Co BKLYN y Beauty 360 Consulting.
"La peluquería sigue estando segregada, pero no hay razón para que lo esté. El problema empieza pronto. En las escuelas se educa a nuestros estilistas para que crean que sólo pueden peinar a afroamericanos o caucásicos. "
El padre de Shannon le enseñó lo contrario, mostrándole que el pelo es un tejido que sólo necesita un enfoque diferente en función de su textura. Todos los estilistas tienen las habilidades básicas para hacerlo, argumentaba. A sus 87 años, el Sr. King padre sigue siendo un peluquero de éxito que trabaja tres días a la semana detrás de la silla.
Shannon mantuvo esas palabras cerca y cuando conoció a Allyson mientras trabajaban juntas en un salón de Washington DC, se dio cuenta de que había encontrado a alguien que compartía esa visión. Se emparejaron y en 2010 se mudaron a Nueva York, cuando Shannon aceptó un puesto corporativo en L'Oréal y Allyson se convirtió en vicepresidenta de educación de Clarins. Sydney tenía entonces dos años. Durante los cinco años siguientes, se convencieron de que Nueva York pedía a gritos un salón que atendiera no solo a clientes birraciales, sino a cualquier tipo de cabello.
Tenían razón. Su exitoso modelo de negocio, lanzado en 2015, se ha ampliado ahora a dos locales con un equipo de 22 peluqueros altamente cualificados capaces de responder a las demandas de cualquier cliente.
Un cambio en la industria
"Se está produciendo un cambio demográfico, y para construir un negocio sostenible y con visión de futuro hay que ser capaz de responder a ese cambio: atender a una clientela cada vez más diversa", añade Allyson.
"Lo que impide a un salón abrir sus puertas a una clientela más amplia son los prejuicios y no la falta de conocimientos. Pero el pelo no es más que un tejido y se puede cuidar cualquier tipo de tejido con práctica".
Para asegurarse de que sus estilistas tienen la habilidad y, lo que es más importante, la confianza para atender a cualquier cliente, Shannon ha diseñado un programa educativo que se basa en las habilidades que ya tienen. Esto incluye un fuerte enfoque en el color, ya que el 54% del negocio de Hair & Co BKLYN es el color. Ambas sedes de Hair & Co BKLYN confían en Vish para limitar los residuos y ayudar a su equipo a ofrecer el mejor servicio.
"Si se tiñen diferentes texturas, es necesario comprender la porosidad y la textura. El uso de Vish proporciona el registro esencial necesario para ofrecer la consistencia que se espera de un salón de lujo", continúa Allyson.
"Nuestra estructura de cobro es de piezas y servicio, por lo que todos los costes de color figuran por separado en el ticket, lo cual es justo. Una clienta puede venir con una coleta recta en la espalda y necesitar menos color que otra con el pelo mucho más corto, denso y poroso". Vish identifica la cantidad utilizada hasta el gramo, y pasa los costes a la recepción para que los añada al ticket".
Vish también permite al equipo compartir fórmulas y conocimientos, lo que les permite retocar las fórmulas existentes para adaptarlas a un comensal diferente, sin desperdiciar producto ni arriesgar el resultado final.
El negocio multirracial de Hair & Co BKLYN funciona porque Shannon y Allyson han conseguido que sus equipos confíen en sí mismos, y eso se traslada a su enfoque diario. Con el apoyo de herramientas como Vish, disfrutan explorando el potencial de cada situación para poder ofrecer cada vez mejores resultados.
