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Una de las formas más comunes de fijar el precio de los servicios en los salones es el "todo incluido": cobrar el mismo precio por un servicio independientemente de la cantidad de color que se utilice o de la longitud del cabello del cliente. El problema es que, con demasiada frecuencia, los salones fijan un precio que no cubre lo que realmente están haciendo. Es hora de empezar a cobrar adecuadamente.

La clave del éxito de la tarificación todo incluido es controlar todos los costes para garantizar el margen de beneficios necesario.

Por ejemplo, si tu servicio de mechas incluye una mecha, un fijador, un esmalte y un retoque, calcula el coste de cada uno de esos servicios (y del producto utilizado) y súmalos: ya tienes el nuevo precio de tus mechas.

-Allyson King

Los clientes han aprendido a dominar el look de bajo mantenimiento, pero esto no tiene por qué significar menos ingresos. En lugar de temer cómo afectará a los beneficios del salón, ¡es hora de aceptarlo! 

Empieza por identificar qué está de moda en tu salón. Si el balayage es tu servicio estrella, ¿por qué no crear un servicio intermedio para refrescar el esmaltado?

¿Tiene una clientela numerosa de pelo rizado? Cree un paquete de tratamiento y peinado para el cabello rizado diseñado para los servicios entre cortes.

 

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